sábado, 21 de febrero de 2009

ERNESTO CARDENAL Y ENRIQUE VERÁSTEGUI





Ernesto Cardenal (Nicaragua, 1925) es poeta, místico, político,
escultor, narrador y sacerdote de la Teología de la Liberación.
Es uno de los hitos de la poesía latinoamericana junto a César Vallejo, Octavio Paz. Pablo Neruda, Nicanor Parra, entre otros grandes poetas del siglo XX. Al igual que a Eliot se le considera un discípulo aprovechado de las propuestas poéticas de Ezra Pound[1], a quien había estudiado con exhaustividad.

La propuesta poética del autor de Salmos (1964) comenzó a alcanzar una gran difusión y reconocimiento en los años ’60. Esta poética se denominó la ‘poesía conversacional’
[2]. Ahora, la poesía conversacional en Cardenal está ligada al vocablo exteriorismo. Entonces, para referirnos al poeta-sacerdote-revolucionario es más pertinente utilizar el concepto de ‘poesía exteriorista’[3]. Entonces, ¿qué es la poesía exteriorista?

Raúl Bueno
[4] define la poesía exteriorista como “una poesía narrativa y anecdótica, hecho con elementos concretos, reales; con nombres propios y detalles precisos y datos exactos y cifras y dichos”[5].

El exteriorismo – argumenta Pablo Antonia Cuadra
[6]–, es la objetividad poética ‘austeramente fiel a la realidad inmediata y exterior’. Es una de las corrientes más ricas y dominantes en la poesía nicaragüense después de Rubén, pero Cardenal recoge su caudal, lo aumenta con su admirable asimilación de los cantos poundianos y lo encauza victoriosamente hacia el terreno de lo épico[7].

“Creemos que a Cardenal –dice Urdanivia
[8] - le impresionó el concepto de Pound sobre la poesía como una ciencia y del poeta como un científico de la palabra que da a conocer objetivamente la realidad histórica que vive”[9].

Mirko Lauer
[10] sostiene que “la palabra exteriorismo no debería hacer pensar tanto en el mundo exterior por oposición a la subjetividad, sino en el establecimiento de un lector ubicado fuera de la prosodia tradicional, que para descifrar el poema con el oído acude a sus propios ritmos y no a los del poeta, que más bien parodia”[11].

Mario Benedetti
[12] afirma que el característico ‘exteriorismo’ de Cardenal “da testimonio de un lirismo espontáneo y cotidiano, pero también de un formidable dominio del verso, de una particular aptitud para hacerlo sonar de un modo natural, comunicativo”[13].

Resumiendo, la poesia exteriorista se basa en una narratividad que argumenta en oposición a la lírica clásica que seducía por su musicalidad. Entonces esta voz coloquial nos ‘habla’ –lejos de la solemnidad y fastuosidad verbal- de los sucesos históricos y cotidianos, con nombres propios, fechas exactas, cuadros estadísticos, noticias periodísticas; es decir, “narra historias morales y crea contextos estéticos y espirituales para el ethos de su lugar y de su época”
[14]. Veamos un poema exteriorista:


‘Como latas de cerveza vacía’

Como latas de cerveza vacías y colillas
de cigarrillos apagados, han sido mis días.
Como figuras que pasan por una pantalla de televisión
y desaparecen, así ha pasado mi vida.
Como los automóviles que pasaban rápido por las carreteras
con risas de muchachas y música de radios…
Y la belleza pasó rápido, como el modelo de autos
y las canciones de las radios que pasaron de moda.
Y no ha quedado nada de aquellos días, nada,
más que latas vacías y colillas apagadas,
risas en fotos marchitas, boletos rotos,
y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares”
[15].

Ahora, ¿existen lazos significativos entre las propuestas de la ‘poesía exteriorista’ y los versos de En los extramuros del mundo? Por supuesto, no sostendremos que el discurso poético verasteguiano es un ejemplo de la poesía exteriorista; pero, sí hallamos ecos suficientes de este lirismo espontáneo y cotidiano que retumban entre líneas en el tejido lírico verasteguiano.

Verástegui en la entrevista que le hace Luchting
[16], nos confiesa que ha leído a Cardenal: “Estaba pues, como diría Cardenal, ‘Sólo como un astronauta frente a la noche espacial’ ”[17].

Por otro lado, Verástegui desde los inicios de sus correrías poéticas estuvo ligado al grupo Hora Zero. Recordemos que el nombre de este grupo poético surgido en Lima en 1970 es un homenaje al libro Hora cero (1957)
[18] de Ernesto Cardenal. Veamos esos ecos cardenalianos.

Un eco interesante que emparenta a Verástegui con Cardenal es el uso abundante del polisíndeton ‘y’. Este estilema retórico cumple el papel de describir situaciones intensas y naturales, donde se busca atrapar al lector con la fluidez de un discurso poético sencillo,claro y directo:

Cardenal

y la lluvia radiactiva a unos daba leucemia
y a otros cáncer en el pulmón
y cáncer en los huesos
y cáncer en los ovarios
y los niños nacían con cataratas en los ojos
y quedaron dañados los genes por 22 generaciones”
[19].

Verástegui

y morir es alcanzar 10 mil indulgencias (S/.) en el centro
de la sociedad opresiva: American Way of Life.
Y me gritaron salvaje por no saber caminar en parquet.
Porque yo soy más salvaje de lo que pude parecer.
Y más libre. Y más limpio.
Y pienso esculpir una gota de lluvia.
Y pintar un cuadro con un árbol lleno de fuego
con ese ramaje tan parecido a mí cuando es otoño
y salgo de noche a caminar por allí con bruma
y con la lluvia lavándome
el alma”. (p. 65)


También resuenan los ecos exterioristas en En los extramuros del mundo cuando se detallan los sucesos habituales de la vida cotidiana con elementos que señalan situaciones concretas y con ese preocupado toque anecdótico:


Cardenal

Aquí pasaba a pie por estas calles, sin empleo ni puesto,
y sin un peso.
Sólo poetas, putas y picados conocieron sus versos.
Nunca estuvo en el extranjero.
Estuvo preso.
Ahora esta muerto.
No tiene ningún monumento”.
(‘Epitafios para Joaquín Pazos’)

Verástegui

Vamos paseando por Tacora
entre prostitutas y ladrones
que no logran robarnos nada porque nada tenemos pero tenemos
hambre y comemos ciruelas

(‘Primer encuentro con Lezama’)

Ahora, si el ‘exteriorismo’ señala nombres propios, precisa fechas, menciona lugares; es decir, nos da a conocer una realidad histórica objetiva. Entonces, estas características -en Verástegui- lo hallamos en la elegía que trata sobre la muerte de la abuela. Donde desde el título informa todos los datos con total claridad: “Para María Luisa Rojas de Peláez muerta el 21 de agosto de 1969 en Cañete donde moran a las cinco de la mañana en el estanque los ángeles de Jericó”.


[1] “Como ya otros han señalado, el conversacionalismo latinoamericano contemporáneo se remite en buena medida al esfuerzo de Ezra Pound por hacer una nueva poesía a partir de un revival de valores literarios de la antigüedad clásica”. Lauer, Mirko. “La prosodia del recital y de la conversación”. En: Revista Casa Silva; p. 181.
[2] Este concepto fue acuñado por Fernández Retamar en “Antipoesía y poesía conversacional en Hispanoamérica”. En Para una teoría de la poesía hispanoamericana y otras aproximaciones. La Habana, Casa de las Américas, 1975; pp. 111 – 126.
[3] La noción de poesía conversacional es un concepto que involucra variantes en Latinoamérica; así en esta poética conversacional está la antipoesía de Nicanor Parra, las parábolas de Antonio Cisneros, las compungidas confesiones de José Emilio Pacheco, la autocrítica de Rogelio Nogueras, el simplismo de Mario Benedetti, entre otros.
[4] BUENO, Raúl. Poesía hispanoamericana de vanguardia. Lima, Latinoamericana Editores, 1985; 140 pp.
[5] Ibídem; pp. 75-76.
[6] CUADRA, Pablo Antonio. “Selección y prólogo”. En: Ernesto Cardenal. Antología. Buenos Aires-México, Cuadernos Latinoamericanos, Ediciones Carlos, 1971.
[7] Ibídem, p. 20.
[8] URDANIVIA BERTARELLI, Eduardo. La poesía de Ernesto Cardenal: cristianismo y revolución. Lima, Latinoamericana Editores, 1984.
[9] Ibídem, p. 23.
[10] LAUER, Mirko. “La prosodia del recital y de la conversación”. En: Revista Casa Silva (Poesía y Narrativa). Colombia, p. 184.
[11] Ibídem.
[12] Cita tomada del ensayo de Ana Cecilia Morúa Torre. “Las memorias de Ernesto Cardenal”. En: Comunicación (revista). Costa Rica, año 1, vol. 14, Nº 02, Insituto Tecnológico de Costa Rica, 2005; pp. 44 – 52.
[13] Ibídem, p. 46.
[14] LAUER. Obra Cit.; p. 184.
[15] CARDENAL, Ernesto. Epigramas y otros poemas. Lima, Periolibros / Página Libre, 12 de febrero de 1990; p. 9.
[16] LUCHTING. Obra Cit.; p. 330.
[17] Ibídem.
[18] Tulio Mora dice que “el nombre de este movimiento Hora Zero – es un homenaje al libro del mismo nombre (solo que sin zeta) de Cardenal, memorable poema político que testimonia la lucha del pueblo nicaragüense contra la tiranía de la dinastía Somoza desde los tiempos de Sandino”. “Presentación”. En: Ernesto Cardenal. Epigramas y otros poemas. Lima, Periolibros / Página Libre, 12 de febrero de 1990; p. 3.
[19] CARDENAL. Obra Cit.; p. 11.


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